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Aplicaciones web que predicen el rendimiento de los corredores

06/09/2017

Lactatus proyecto

Bajo la denominación de proyecto “Lactatus", el Grupo de investigación GCIS de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao y el Departamento de Fisiología de la Universidad del País Vasco están colaborando con la empresa Grupo Campus para desarrollar un sistema que permita predecir el rendimiento en deportes de resistencia mediante el umbral del lactato. Su primera aplicación directa será en corredores recreacionales, que podrán identificar sus umbrales sin necesidad de un costoso y engorroso análisis de sangre.

El umbral del lactato se define como la máxima intensidad de ejercicio que un deportista puede soportar antes de que el lactato comience a acumularse en su sangre. Dicho aumento del nivel sanguíneo de lactato nos indica que la demanda de energía del corredor ha superado la capacidad de sus sistemas aeróbicos de obtención de la misma y está empezando a utilizar de manera significativa sus sistemas anaeróbicos que, si bien tienen una gran potencia, no son sostenibles en el tiempo y producen cansancio muy rápidamente. Por lo tanto, el aumento de la concentración de lactato en sangre es un indicador de que el deportista está superando sus límites y pronto tendrá que reducir su nivel de esfuerzo si quiere terminar la prueba.

Conocer ese nivel de esfuerzo sostenible máximo es fundamental para cualquier deporte de resistencia, ya estemos hablando de la carrera recreacional, el ciclismo, la natación o el triatlón. Mientras no se supere, el deportista será capaz de mantener la actividad física por largo tiempo. Cada persona, en función de su estado de forma y entrenamiento tiene un umbral diferente y, aunque la propia experiencia también puede dar alguna pista, dicho umbral se puede calcular con gran precisión si se realiza una prueba denominada “test del lactato”.

El “test de lactato” consiste en que el deportista realice una serie de ejercicios de intensidad creciente y se le extraiga sangre en los descansos de cada una de esas series para analizar los niveles de lactato. De ese modo, se puede dibujar un gráfico en el que se observe la denominada “curva de lactato” y se identifica cual es el ritmo máximo que puede mantener de manera sostenible. Los ejercicios deben realizarse de manera controlada, normalmente en un laboratorio de fisiología, y el precio de mercado de este tipo de pruebas ronda los 150 euros. Teniendo en cuenta que la curva de lactato de una persona puede variar de un momento a otro de la temporada con el estado físico y el entrenamiento, la opción de hacerse la prueba no es muy atractiva para el corredor recreacional.

Corredor haciendo la prueba de lactato

El proyecto: una aplicación que permita estimar la curva de lactato

Desde la Universidad del País Vasco, varios profesores consideraron que era posible estimar la curva de lactato de un deportista a partir de datos mucho más fáciles de obtener, incluyendo los ritmos cardiacos que cada vez son más accesibles a través de todo tipo de wearables, como los relojes/pulsómetros. Grupo Campus, por su parte, es una empresa interesada en el desarrollo de aplicaciones y soluciones innovadoras para el mundo del deporte. De la convergencia de intereses y expectativas nació este proyecto de colaboración universidad-empresa que desarrollará una aplicación que permita a los corredores recreacionales estimar sus umbrales de lactato sin necesidad de análisis de sangre.

Con este propósito en mente, el proyecto ha realizado pruebas de lactato a más de 200 corredores para obtener datos que permitan diseñar su sistema. “No nos gusta hablar de ‘modelo’ porque no creemos que haya un modelo único para estimar las curvas de lactato en todas las circunstancias”, nos contaba Eva Portillo, investigadora principal del proyecto. “Más bien estamos diseñando un sistema que nos permita obtener los modelos que necesitamos.” Hasta el momento, se han recogido datos de esos corredores voluntarios acerca de su entrenamiento y competiciones, edad, peso, talla, temperatura y humedad, escala del esfuerzo percibido (Borg), pulsaciones… A partir de la información más significativa se desarrollará un sistema que permita estimar la curva de lactato y se integrará en una aplicación web ofrecida por Grupo Campus.

“Está planificado que tengamos una primera versión del producto viable para final de este año,” explicaba Eva. “El afán que tenemos por conseguir diseñar y desarrollar una solución que realmente sea aplicable y útil en la masa de deportistas definida nos está planteando nuevos y ambiciosos retos investigadores.” Por el momento, los resultados son prometedores y las versiones preliminares del software son capaces de predecir correctamente el umbral del lactato de los corredores en un 81% de las ocasiones (utilizando datos de sujetos de test que no se han empleado para “entrenar” el sistema).

Un equipo pluridisciplinar

El equipo de profesores universitarios que trabaja este proyecto es completamente pluridisciplinar y contiene profesores pertenecientes a tres departamentos distintos: Eva Portillo Pérez e Itziar Cabanes Axpe, del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática; Jon Irazusta Astiazaran y Susana Gil Orozko, del Departamento de Fisiología; y Jordan Santos Concejero, del Departamento de Educación Física y Deportiva. “Es una colaboración muy enriquecedora que ha surgido de un interés común y que ya está propiciando que trabajemos juntos en otros proyectos diferentes”.

Los investigadores de los departamentos de Fisiología y Educación Física y Deportiva están más enfocados a la realización de las pruebas de lactato, así como en establecer criterios y pautas desde el punto de vista fisiológico y deportivo, mientras que desde el área de ingeniería aportan metodologías y desarrollos innovadores para poder abordar esta problemática.

Por su parte, la empresa externa, Grupo Campus, se encarga de transformar este sistema en un producto comercializable a través de desarrollos relacionados con la aplicación web, la aplicación móvil y el tratamiento de la base de datos. También aporta además el contacto necesario con las federaciones y mundo deportivo. “Para nosotros,” nos relataba Eva, “trabajar en este proyecto con una empresa externa supone, independientemente de los beneficios que pueda tener a nivel curricular, una cuestión de escala. Ellos se han encargado de gestionar el reclutamiento y las citas de docenas de voluntarios, gracias a los cuales tenemos una cantidad datos muy respetable para construir nuestro sistema. De otra manera, para nosotros hubiera sido muy complicado desarrollar el proyecto.”

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